martes, 11 de mayo de 2010
QUIETA AGUA NEGRA con una foto de Nan Goldin
en sus ojos de quieta agua negra
los versos desatados edificaron
maravillosas ciudades
e idearon puentes en espiral
y torres horizontales
bajo sus ojos
(pozos, puertas estelares)
su cuerpo todo el tiempo
fue una roca besada por
un viento violín tarde de otoño.
Después (claro está) en sus ojos
fue donde acabó como residuo
la imagen de él
todo elegante americana
cruzando la puerta del bar
hacia cualquier lugar
fuera de sus muslos,
de su plan para decorar el piso
con bellos grabados,
fuera de su caliente sexo
tantas veces dispensador de miel
para aquella boca de hombre
guapo y taciturno.
Fue quizás entonces
cuando en sus labios,
ya no mas en sus ojos,
se le secó el nombre de él
de tanto entre dientes pronunciarlo
y escribió a modo de epitafio:
hombre con manos de hombre,
perfume de vino,
ésta hembra harta de anhelarte
te acepta,
asustado animal incapaz
de comunicar, a veces motor
y a veces fiel como un perro.
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1 comentario:
pumba!!!
brutal hermanito
fuerte abrazo
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