
sufriéndolas se revelan las ciudades,
alas de mosca filtrad la luz artificial
del deseado progreso,
el caminante vuela con la propaganda
y las bolsas de los supermercados
hacia frías cristaleras
trás las que se disponen las oficinas,
¿ donde esta el despacho de dios?
El jefe no puede atenderle,esta ocupado
en este instante.
Tratando de olvidarlas
se hacen fuertes en el recuerdo
las ciudades y algunas calles
de una determinada ciudad
quedan bien en otra ciudad
lejana y distinta,
nada frena la creación
de una sola urbe,
de un mapa de personas.
2 comentarios:
olé
es que donde pongo el ojo pongo la bala...je, je
tú poema también es muy emocionante...es un tema que me persigue, el de las ciudades como contenedores de personas o algo así...
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