martes, 12 de enero de 2010

COSAS QUE NUNCA SE OLVIDAN


Mis ojos embarcaron en los tuyos aquella tarde de rutinarios cafés y señoras con bolsas del antiguo Alcampo, la luna o que se yo vi en tu cara de rebelde y yo tan selenita provoqué el encuentro a base de ofrecer porros y posteriores bebidas en mi casa.
Me follaste en una cama constelada de chinches, nunca olvidaré tu sonrisa, tu natural radicalidad, tu coño como la selva esa de Alemania.

1 comentario:

Sonia San Román dijo...

Ay, selenita, qué clase tienes.
Besazo