Escúchame en la llama de tu lamento soy un perro tuerto y tengo hambre de comerme las hormigas mas gordas del cementerio, fui una princesa que besaba a mordiscos y hasta aquí hemos llegado le dijo apurando el vaso de whisky
Primavera anochecía sobre las sábanas y tú decías libélulas y arácnidos letalmente bellos y un gato maullaba con un bozal de espinas y tu piel era agua lunar para mi lengua.
Afirmo que no es tristeza que es solo luz malentendida, que soy porque fui sin tener conciencia de haber sido, que tú eres mi camino como yo soy tu camino que el camino es que queramos ser, que la lluvia es una bendición que el paraguas no es ni siquiera una respuesta, que estoy vivo, vivo como un vírus.